La siguiente propuesta trata de realizar un teatro a través de guiñoles, donde representamos el cuento.
martes, 13 de enero de 2015
lunes, 12 de enero de 2015
La maleta poeta
Por grupos de
cuatro o cinco personas, daremos a los niños un folio con una maleta dibujada
que dentro lleva palabras que riman para facilitarles la composición del poema
que ellos deben realizar. La extensión no debe ser muy larga, para facilitarlo
lo máximo posible.
Con el fin de
relacionar el cuento con el poema, las palabras que contiene la maleta, serán
extraídas del propio cuento.
Cambiemos el cuento
o Protagonista
o Lugar
o Final
A
continuación, cambia el contenido de la que hayas elegido, y de esta manera... ¡Crearemos un cuento
totalmente diferente!
¡La
imaginación no tiene límites!
Hay pocos personajes... ¡INVENTEMOS UNO!
Para esta actividad que está orientada para el tercer ciclo de primaria, vamos a inventarnos un nuevo personaje que encaje en este cuento.
Posteriormente en grupos de cinco alumnos, se creará con
cartulina al nuevo personaje, para realizar el teatro con la inclusión de éste,
grabarlo y subirlo al blog para que el resto de compañeros lo vean y pongan su
comentario.
Hagamos nuestro cuento
La siguiente actividad consistirá en trabajar con los alumnos la escritura creativa, donde a partir de las palabras : rey, tres hermanos, menosprecio y ganso de oro, escribamos nosotros mismos nuestro propio cuento.
Ejemplo:
Érase una vez, un REY
amo de un gran castillo. El castillo era conocido como el castillo de los
lamentos, pues había una leyenda que
contaba que todas las noches, procedentes del gran sótano, se escuchaban lloros y lamentos desconocidos. Siempre que
algún valiente guerrero
bajaba para encontrar la fuente de los tenebrosos lloros, jamás regresaba. Por otro lado, todas las mañanas, multitud de vasallos exploraban los
sótanos sin encontrar
nada.
El rey tenía tres hijos; el mayor, fuerte y apuesto era un poderoso
caballero, el mediano, fiel e inteligente era un famoso sacerdote y el pequeño, humilde, astuto y curioso había crecido eclipsado por la intachable
trayectoria de sus hermanos.
Una hermosa tarde, mientras los TRES HERMANOS estaban dando un paseo, el mayor propuso descubrir entre los tres
el misterio del castillo, para poder eliminar su mala reputación. El pequeño de todos, sin dudarlo ni un segundo secundó la iniciativa de su
hermano y propuso crear un plan de acción para ir más
seguros. El mediano, a regañadientes,
no tuvo más remedio que
unirse a sus hermanos a pesar de las pocas ganas que tenía de bajar a ese lugar.
Ese mismo día al acabar de cenar, los tres hermanos se reunieron para debatir
como debían de bajar, que
podrían encontrarse allí abajo, y si debían de preparase de alguna manera.
Mientras que los dos mayores iban aceptando sus ideas, las del pequeño iban desechándolas y MENOSPRECIÁNDOLAS automáticamente, debido a su engreimiento. El
hermano mayor decidió
llevarse su mejor armadura y sus mejores armas para
poder defenderse de cualquier peligro. El hermano mediano, decidió equiparse con todos
sus abalorios y rosarios con el fin de protegerse de presencias fantasmagóricas. Tal era el orgullo de los hermanos
que, justo antes de disponerse a bajar, excluyeron al más pequeño argumentando que allí
abajo solo iba a ser un estorbo. El hermano pequeño, con su moral herida, se quedo esperándoles tristemente, en la entrada del sótano.
La mañana siguiente, el rey descubrió a su hijo pequeño durmiendo en la entrada del sótano. Sorprendido, le pregunto qué hacia ahí
tirado y que donde estaban sus hermanos. El joven,
asustado, le contó a su padre lo que había
ocurrido la noche anterior, y este, debido al impacto de la noticia, quedó paralizado. A
medida que pasaban las horas, el estado del rey no mejoraba, por lo que el
joven decidió ir a buscar a sus hermanos esa misma noche.
Al caer la noche, cuando empezaron a brotar los primeros
lamentos, el joven puso rumbo al sótano.
Una vez abajo, los ojos del pequeño
se acostumbraron rápidamente a la
abundante oscuridad. A medida que iba avanzando, iba notando los lamentos más próximos. En una esquina del sótano, apreció
un extraño
brillo, muerto de curiosidad, se encaminó hacia el. Cuando estuvo próximo a el, observó que se trataba de
un enorme GANSO RECUBIERTO DE ORO. Aquello era la fuente de los lamentos
que atormentaban todo el castillo.
El ganso estaba encantado, tenía la capacidad de absorber a aquellos que
se aproximaran a él. Justo cuando
estaba preparado para absorber al pequeño, este le preguntó
que por qué
lloraba.
El ganso, sorprendido al ver que alguien se
preocupaba por él, le respondió que lloraba porque
tenía un apetito
insaciable, que por más
que comía y comía, no aplacaba su hambruna.
El joven intuyó que ese gran ganso era el culpable de la
desaparición de todos aquellos
que se habían topado con el,
por lo que decidió estar alerta ante cualquier movimiento sospechoso. Rápidamente, empezó a tramar un plan
con el que engañar al ganso y
salvar a sus hermanos.
El joven propuso al ganso bajarle de la
cocina cualquier cosa que pidiera, que en el castillo podrían guisarle cualquier manjar.
El ganso demandó los tres pescados más grandes que tuvieran disponibles. El
muchacho, raudo, se encaminó
hacia la cocina para preparar el guiso. Cuando hubo
terminado, aderezó el plato con gran cantidad de tranquilizantes y somníferos.
Cuando la enorme bestia observó el suculento manjar
que le había preparado el
muchacho, empezó a devorarlo sin pensárselo
dos veces. Antes de que pudiera terminarse el plato, los efectos de los
tranquilizantes hicieron efecto provocando que el grotesco animal cayera en un
profundo sueño.
Inmediatamente, El joven abrió la panza del ganso
y fue sacando uno a uno a todos los desafortunados que habían caído en las fauces del animal. De su estomago salieron decenas de
individuos, perplejos por abandonar las entrañas de la bestia.
El rey, en cuanto vio a sus hijos sanos y
salvos, recobró el movimiento con lo que pudo abrazar a sus tres hijos. Desbordado
de felicidad, preparó
en el castillo la mayor fiesta de todos los
tiempos.
A partir de ese día, el joven gano fama y reputación, su hazaña
fue contada por todo el mundo y, además, fue nombrado heredero del trono. En cuanto al ganso, fue
enterrado a cien metros bajo tierra en un lugar que nadie conoce.
¡A CONCURSAR!
El propósito de esta actividad es fomentar la lectura y la comprensión lectora a través de juegos grupales y competitivos, donde todos los alumnos sean partícipes y que de algún modo les motive el mundo de la lectura. Para ello vamos a organizar un concurso, basado en el famoso concurso televisivo “Atrapa un millón” presentado por Carlos Sobera en Antena 3.
La elección de este concurso, y a la vez de utilizar esta metodología como recurso didáctico, es sencillamente por la elección del cuento a tratar con los alumnos que es “El ganso de oro” de los Hermanos Grimm, donde la moraleja del cuento es “la avaricia rompe el saco”. Creemos que el juego refleja perfectamente la moraleja del cuento y por ello realizaremos una serie de actividades parecidas al concurso real.
El objetivo principal de esta actividad es fomentar la comprensión lectora, aunque también realizaremos otros tipos de actividades para promover la lectura y escritura creativa en el aula.
Para poder jugar al concurso, es necesario haberse leído el cuento para entender la dinámica del juego.
Estructura del juego
- Mimo Cuenta Historias: A cada equipo se le asignará una escena de la historia y deberán representar mediante mímica, utilizando únicamente su cuerpo y sus gestos.
- Concurso de poesía: Deberán relatar la historia leída en una poesía.
- Art Attack: En esta parte del juego deberán de dibujar de la manera más creativa los personajes de la historia.
- La maleta poeta: A cada grupo se les asignará una maleta que contendrá una serie de palabras del cuento, donde los alumnos deberán realizar una poesía relacionada con la historia leída.
Una vez realizada estas pruebas se asignarán una serie de puntos que habrán acumulado cada equipo donde se pasará a la prueba final “Atrapa el oro”, prueba donde se enfrentarán todos los equipos y donde pondrán todos sus puntos en la respuesta correcta. Dicha prueba será eliminatoria y trataremos preguntas acerca del cuento, trabajando la comprensión lectora de los alumnos.
Reglas del juego
Pruebas iniciales
Todas las pruebas dispondrán de un límite de tiempo para la realización y evaluación en grupo.
Una vez terminadas las tres pruebas, cada grupo elegirá a los tres mejores grupos de cada una de ellas. Tras llevar a cabo una elección, un jurado compuesto por profesores decidirá que grupo es el mejor en cada una de esas tres pruebas. A cada equipo por participar en la actividad se le asignarán 100 puntos.
Se valorará la creatividad de los alumnos, la estructura literaria y la utilización de los recursos literarios, así como si las respuestas concuerdan con la historia tratada.
Prueba final
Esta última prueba tendrá un tiempo limitado, en el cual deberán elegir la puntuación que le asignarán a cada respuesta correcta. Una vez finalizado el tiempo no podrán cambiar dicha puntuación.
El equipo que se quede sin puntos podrá jugar con otro equipo de comodín, siempre que el equipo lo considere correcto. Nunca podrá intervenir en la decisión del equipo, solo jugará como ayudante.
Las primeras preguntas tendrán cuatro ítems dónde una es la correcta. Una vez que avanza el juego y quedan equipos eliminados, se aumentarán la dificultad de las preguntas, pasando a ser el modelo de dos ítems dónde una pregunta es la correcta.
¿Quién eres tú?
Les proponemos en clase que elijan el personaje con el que se
sienten más identificados, ya sea por su personalidad, su carácter, su forma de
actuar, etc. Se tienen que ver ellos reflejados en alguno de los personajes del
cuento, pero en el caso de que no sea así, les pediremos que nos cuenten con cual de ellos se sienten menos reflejados, explicando por qué. Una vez que hemos hecho esta actividad, les planteamos otra muy
parecida, preguntamos a nuestros alumnos que nos digan cual sería el personaje
del cuento, que sería el ideal para vivir en nuestra sociedad y por qué.
¿Sabes la moraleja?
Intentamos concienciarles que es muy importante leer cuentos para sacar las diferentes moralejas que nos ofrecen estos, porque nos pueden ser de gran utilidad en nuestra vida.
¿Quién quiere?
Antes de que vean el cuento, les planteamos una actividad
muy rica y divertida. Vamos a repartir entre los alumnos galletas, pero con la
excepción de que no vamos a dar una a cada uno, daremos menos galletas que
alumnos hay en clase, y observaremos como gestionan este problema, nosotros
(profesores) no vamos a decir nada, solo observaremos las reacciones de todos. Una
vez repartidas estas galletas, mostraremos el cuento y lo leerán para que intenten
reflexionar sobre la actitud que han tenido anteriormente.
viernes, 9 de enero de 2015
Cuento: "El ganso de oro" de los hermanos Grimm
Había un hombre que tenía tres hijos, el más joven fue llamado Harry, y era despreciado, burlado, y dejado de lado en cada ocasión.
Resultó un día que el mayor quiso entrar en el bosque para talar madera, y antes de que él se fuera, su madre le dio un hermoso pastel dulce y una botella de vino a fin de que no tuviera que sufrir de hambre o de sed. Cuando él entró en el bosque encontró a un pequeño anciano canoso que le deseó que tuviera un buen día, y quien además le dijo,
-"Regálame un pedazo del pastel de tu bolsillo, y dame un sorbo de tu vino; tengo mucha hambre y sed."-
Pero el prudente joven contestó,
-"Si te doy mi pastel y vino, no tendré ninguno para mí; hazte a un lado,"-
y dejó al hombrecito parado y continuó su camino.
Pero cuando él comenzó a talar para bajar un árbol, no pasó mucho rato antes de que él diera un golpe falso, y el hacha lo hirió en el brazo, de modo que tuvo que regresar a casa y tener que vendarse. Y esto fue hecho por el pequeño hombre canoso.
Después de eso, el segundo hijo también entró en el bosque, y su madre le dio, como al mayor, un pastel y una botella de vino. El pequeño y viejo hombre canoso lo encontró igualmente, y le pidió un pedazo de pastel y una bebida de vino. Pero el segundo hijo, también, dijo con mucha razón,
-"Lo que le doy no será para mí; ¡estese lejos!"- y él dejó parado al hombre y continuó. Su castigo, sin embargo, no se retrasó; y en cuanto él había dado unos pocos golpes en el árbol, se golpeó en la pierna, de modo que tuvo que regresar a casa.
Entonces Harry dijo,
"Padre, déjeme ir a mí a cortar la madera."-
El padre contestó,
-"Sus hermanos se han hecho daño con ello, olvídelo, usted no entiende nada sobre eso."-
Pero Harry pidió con tanta insistencia que por fin él dijo,
-"Vaya entonces. Se hará más sabio haciéndose daño."-
Su madre le dio un pastel hecho sólo con agua y harina y horneado en las cenizas, y con una botella de cerveza ácida. Cuando él llegó al bosque, el pequeño viejo hombre canoso lo encontró igualmente, y después de su saludo le dijo,
-"Déme un pedazo de su pastel y una bebida de su botella; tengo tanta hambre y tengo mucha sed."-
Harry contestó,
-"Tengo un pastel de sólo harina horneado en ceniza y cerveza ácida; si esto le complace, nos sentaremos y comeremos."-
Entonces se sentaron, y cuando Harry sacó su pastel de harina, ahora era un pastel dulce muy delicioso, y la cerveza ácida se había transformado en el más fino vino. Y comieron y bebieron, y después el pequeño hombre dijo,
-"Ya que usted tiene un corazón bueno, y acepta compartir lo que tiene, le daré la buena suerte. Allí tiene un viejo árbol, córtelo, y usted encontrará algo en las raíces."-
Entonces el pequeño hombre se despidió de él.
Harry fue y redujo el árbol, y cuando cayó había un ganso sentado en las raíces con plumas de oro puro. Lo levantó, y lo llevó con él, y fue a una posada donde pensó que se quedaría la noche. Ahora bien, el anfitrión tenía tres hijas, que vieron al ganso y estaban curiosas por saber que tan maravillosa ave podría ser, y les habría gustado también tener una de sus plumas de oro.
La mayor pensó,
-"Encontraré pronto una oportunidad de sacar una pluma,"-
y tan pronto como Harry había salido, agarró al ganso por el ala, pero su dedo y mano se quedaron fuertemente pegadas en ella. La segunda llegó casi de inmediato, pensando sólo en como ella podría conseguir una pluma, pero no había más que tocado apenas a su hermana cuando quedó fuertemente pegada. Por fin la tercera también vino con intención parecida, y las hermanas gritaron,
-"Quédate lejos; ¡por tu bien, mantente lejos!"-
Pero ella no entendió por qué debía de alejarse.
-"Las otras ya están allí,"- pensó ella, -"yo puedo estar también allí también,"-
y corrió hacia ellas; pero tan pronto como había tocado a su hermana, ella también quedó pegada. Y no les quedó más que pasar la noche junto al ganso. A la mañana siguiente Harry tomó al ganso bajo su brazo y salió, sin preocuparse sobre las tres muchachas que colgaban de él. Ellas fueron obligadas a seguir tras él continuamente, ya fuera a la izquierda, ya fuera a la derecha, o a como él decidiera ir.
En medio de los campos el cura los encontró, y cuándo él vio la procesión dijo, "Qué vergüenza, ustedes muchachas inútiles, ¿por qué van por los campos detrás de este hombre joven? ¿es eso correcto?"-
Al mismo tiempo él agarró a la más joven de la mano a fin de separarla, pero tan pronto como él la tocó, igualmente se pegó rápido, y fue obligado a correr detrás en la fila. Al poco rato llegó el sacristán y vio a su maestro, el cura, que corría detrás de tres muchachas. Él quedó sorprendido de aquello y dijo,
-"Hola, su reverencia, ¿hacia adónde van tan rápidamente? ¡no olvide que tenemos un bautizo hoy!"-
y persiguiéndolo lo tomó por la manga, pero también quedó pegado inmediatamente. Mientras los cinco trotaban así uno detrás del otro, dos peones vinieron con sus azadas desde los campos; el cura los llamó y les pidió que los despegaran a él y al sacristán. Pero ellos apenas habían tocado al sacristán cuando también quedaron rápidamente pegados, y ahora eran siete corriendo detrás de Harry y el ganso.
Pronto llegaron a una ciudad, donde el rey que gobernaba tenía una hija que era tan seria que nadie podìa hacerla reír. Para ese entonces él había firmado un decreto diciendo que quien fuera capaz de hacerla reír debería casarse con ella. Cuando Harry oyó acerca de eso, fue con su ganso y todo su tren de seguidores ante la hija del Rey, y tan pronto como ella vio a las siete personas correr sin cesar, uno detrás del otro, de aquí para allá, ella comenzó a reír completamente en voz alta, y como si nunca acabaría de hacerlo.
Con eso Harry pidió tenerla como su esposa, y la boda fue celebrada. Después de la muerte del Rey, Harry heredó el reino y vivió en adelante siempre felizmente con su esposa.
Resultó un día que el mayor quiso entrar en el bosque para talar madera, y antes de que él se fuera, su madre le dio un hermoso pastel dulce y una botella de vino a fin de que no tuviera que sufrir de hambre o de sed. Cuando él entró en el bosque encontró a un pequeño anciano canoso que le deseó que tuviera un buen día, y quien además le dijo,
-"Regálame un pedazo del pastel de tu bolsillo, y dame un sorbo de tu vino; tengo mucha hambre y sed."-
Pero el prudente joven contestó,
-"Si te doy mi pastel y vino, no tendré ninguno para mí; hazte a un lado,"-
y dejó al hombrecito parado y continuó su camino.
Pero cuando él comenzó a talar para bajar un árbol, no pasó mucho rato antes de que él diera un golpe falso, y el hacha lo hirió en el brazo, de modo que tuvo que regresar a casa y tener que vendarse. Y esto fue hecho por el pequeño hombre canoso.
Después de eso, el segundo hijo también entró en el bosque, y su madre le dio, como al mayor, un pastel y una botella de vino. El pequeño y viejo hombre canoso lo encontró igualmente, y le pidió un pedazo de pastel y una bebida de vino. Pero el segundo hijo, también, dijo con mucha razón,
-"Lo que le doy no será para mí; ¡estese lejos!"- y él dejó parado al hombre y continuó. Su castigo, sin embargo, no se retrasó; y en cuanto él había dado unos pocos golpes en el árbol, se golpeó en la pierna, de modo que tuvo que regresar a casa.
Entonces Harry dijo,
"Padre, déjeme ir a mí a cortar la madera."-
El padre contestó,
-"Sus hermanos se han hecho daño con ello, olvídelo, usted no entiende nada sobre eso."-
Pero Harry pidió con tanta insistencia que por fin él dijo,
-"Vaya entonces. Se hará más sabio haciéndose daño."-
Su madre le dio un pastel hecho sólo con agua y harina y horneado en las cenizas, y con una botella de cerveza ácida. Cuando él llegó al bosque, el pequeño viejo hombre canoso lo encontró igualmente, y después de su saludo le dijo,
-"Déme un pedazo de su pastel y una bebida de su botella; tengo tanta hambre y tengo mucha sed."-
Harry contestó,
-"Tengo un pastel de sólo harina horneado en ceniza y cerveza ácida; si esto le complace, nos sentaremos y comeremos."-
-"Ya que usted tiene un corazón bueno, y acepta compartir lo que tiene, le daré la buena suerte. Allí tiene un viejo árbol, córtelo, y usted encontrará algo en las raíces."-
Entonces el pequeño hombre se despidió de él.
Harry fue y redujo el árbol, y cuando cayó había un ganso sentado en las raíces con plumas de oro puro. Lo levantó, y lo llevó con él, y fue a una posada donde pensó que se quedaría la noche. Ahora bien, el anfitrión tenía tres hijas, que vieron al ganso y estaban curiosas por saber que tan maravillosa ave podría ser, y les habría gustado también tener una de sus plumas de oro.
La mayor pensó,
-"Encontraré pronto una oportunidad de sacar una pluma,"-
y tan pronto como Harry había salido, agarró al ganso por el ala, pero su dedo y mano se quedaron fuertemente pegadas en ella. La segunda llegó casi de inmediato, pensando sólo en como ella podría conseguir una pluma, pero no había más que tocado apenas a su hermana cuando quedó fuertemente pegada. Por fin la tercera también vino con intención parecida, y las hermanas gritaron,
-"Quédate lejos; ¡por tu bien, mantente lejos!"-
Pero ella no entendió por qué debía de alejarse.
-"Las otras ya están allí,"- pensó ella, -"yo puedo estar también allí también,"-
y corrió hacia ellas; pero tan pronto como había tocado a su hermana, ella también quedó pegada. Y no les quedó más que pasar la noche junto al ganso. A la mañana siguiente Harry tomó al ganso bajo su brazo y salió, sin preocuparse sobre las tres muchachas que colgaban de él. Ellas fueron obligadas a seguir tras él continuamente, ya fuera a la izquierda, ya fuera a la derecha, o a como él decidiera ir.
En medio de los campos el cura los encontró, y cuándo él vio la procesión dijo, "Qué vergüenza, ustedes muchachas inútiles, ¿por qué van por los campos detrás de este hombre joven? ¿es eso correcto?"-
Al mismo tiempo él agarró a la más joven de la mano a fin de separarla, pero tan pronto como él la tocó, igualmente se pegó rápido, y fue obligado a correr detrás en la fila. Al poco rato llegó el sacristán y vio a su maestro, el cura, que corría detrás de tres muchachas. Él quedó sorprendido de aquello y dijo,
-"Hola, su reverencia, ¿hacia adónde van tan rápidamente? ¡no olvide que tenemos un bautizo hoy!"-
y persiguiéndolo lo tomó por la manga, pero también quedó pegado inmediatamente. Mientras los cinco trotaban así uno detrás del otro, dos peones vinieron con sus azadas desde los campos; el cura los llamó y les pidió que los despegaran a él y al sacristán. Pero ellos apenas habían tocado al sacristán cuando también quedaron rápidamente pegados, y ahora eran siete corriendo detrás de Harry y el ganso.
Pronto llegaron a una ciudad, donde el rey que gobernaba tenía una hija que era tan seria que nadie podìa hacerla reír. Para ese entonces él había firmado un decreto diciendo que quien fuera capaz de hacerla reír debería casarse con ella. Cuando Harry oyó acerca de eso, fue con su ganso y todo su tren de seguidores ante la hija del Rey, y tan pronto como ella vio a las siete personas correr sin cesar, uno detrás del otro, de aquí para allá, ella comenzó a reír completamente en voz alta, y como si nunca acabaría de hacerlo.
Con eso Harry pidió tenerla como su esposa, y la boda fue celebrada. Después de la muerte del Rey, Harry heredó el reino y vivió en adelante siempre felizmente con su esposa.
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